El Mercado Doméstico

En una sociedad en la que la mayor parte de la población vivía de la agricultura y sus frutos, el mercado era limitado. Las necesidades de los granjeros eran básicas: grano para hornear pan y fermentar cerveza, pescado seco, verduras, algo de lino para hacer tejidos y ropa básica y ladrillos de barro para sus casas. La comida y el lino podían ser cultivados por ellos mismos. El barro se conseguía en las riberas del río Nilo. Y algunas veces, se producía un excedente que podía ser intercambiado por pequeños lujos.

El trueque
El comercio se realizaba por trueque, un método razonablemente eficiente cuando muchas de las necesidades básicas podían ser intercambiadas. Incluso después de que se introdujese la moneda acuñada en la segunda mitad del primer milenio aC, el trueque continuó siendo la forma más utilizada entre la gente del campo durante siglos.    El grano y el aceite servían a menudo como moneda de cambio. Este uso de los productos alimenticios almacenables tenía sus ventajas y sus desventajas. Si todo lo que uno ganaba era gastado en comida, y no había casi elección para la comida que uno podía escoger, entonces comer lo que uno producía era un sistema menos engorroso que recibir tu sueldo "en especies" y tener que adquirir la comida después. Durante las hambrunas, que eran bastante frecuentes, uno no se moría de hambre si tenía algunos ahorros; y muchos aldeanos subían en la escala social intercambiando grano de reserva durante los periodos de hambruna. 
Por otro lado, almacenar grano requería instalaciones adecuadas. Las pérdidas por las inundaciones, el fuego y las pestes, así como las ratas y los insectos, eran altas. Los almacenes no podían ocultarse, ni de los ladrones ni de los recolectores de impuestos. Los artículos voluminosos eran más difíciles de transportar que los metales preciosos. Si tus necesidades se salían de lo ordinario, debías utilizar enlaces que te consiguieran lo que necesitabas. Las medidas también era una dificultad, ya que las jarras no tenían medidas estándar de tamaño o peso, y las escalas no eran sencillas de conseguir. Así, tal y como sucede hoy día, los negocios iban bien siempre y cuando hubiese buena voluntad y ambas partes fuesen honestas.


El intercambio de regalos
Como era usual en muchas sociedades pre-industrializadas, el intercambio de mercancías no era simplemente una actividad económica, sino que a menudo, en los casos de los bienes de lujo principalmente, tenían un significado social. La costumbre de intercambiar regalos oficialmente enre individuos de estatus desigual era llamada "inw". Implicaba, además de un valor económico, el conocimiento de las posiciones sociales y los roles de las dos partes, sentimientos de honor, y era considerada una muestra de generosidad que incrementaba el prestigio del que los entregaba.
Las instituciones, como los templos, a menudo recibían regalos y redistribuían una pequeña parte de ellos entre los necesitados.


Valores abstractos de equivalencia
La proporción de valores entre los artículos más comunes era conocida por todo el mundo. Pero la dificultad para recordar todas las combinaciones de valores provocó la creación de un sistema de valores abstracto. Ciertas cantidades, como el deben, el seniu o, desde el Imperio Nuevo, un kit de oro, plata y cobre, eran usadas como unidades. Generalmente, parece que el metal no cambiaba de manos durante estos intercambios.
Por ejemplo, el precio de cierta esclava siria era de 4 deben y 1 kit de plata. El pago incluía, entre otras cosas, los siguientes objetos: una túnica por valor de 5 kit de plata, 10 deben de cobre partido por valor de 1 kit de plata, una vasija kebet de bronce valorada en 20 deben de cobre por valor de 2 kit de plata. La compradora, una mujer tebana llamada Iritnefer, tiene que conseguir estos objetos de sus vecinos para concluir su compra. Del sacerdote Ini, consigue una vasija gai de bronce por valor de 16 deben de cobre y una vasija menet de miel por valor de 1 hekat de cebada. Todo esto estaba valorado en 5 kit de plata..
En esta época -durante el reinado de Ramses II, para ser exactos- el cobre tenía un valor de 1/100 de su peso en plata, y un hekat de cebada valía 4 kit de plata y 84 deben de cobre. En la época helenística, el ratio entre la plat y el cobre parece que llegó a ser de 1/350.


El metal como medio de cambio
El uso de anillos de metal de un determinado peso parece que se inició en el Reino Antiguo. Entre las cosas que se encontraron en la tumba de la reina Hetep-heres I había un joyero con la inscripción: "Madre del Rey del Alto y el Bajo Egipto, Hetep-heres. Caja que contiene anillos deben". Pero aparentemente, la caja sólo contenía joyería variada cuando fue colocada en la tumba.

No hay datos arqueológicos que sustenten la teoría de que los egipcios usasen monedas acuñadas durante el segundo milenio aC, aunque sí que se han descubierto un gran número de monedas del Periodo Helenístico. El populacho tenía acceso a pequeñas cantidades de metal, precioso o de otros tipos. Hasta el Periodo Tardío, el oro y la plata eran usados casi exclusivamente para cubrir las necesidades del rey, vivo o muerto. La mayor parte de los tesoros enterrados llegaban al mercado durante la época final del Imperio Nuevo, cuando se robaba de las tumbas cualquier cosa que pudiese encontrar un comprador.
Durante el Imperio Nuevo, al menos la plata (llamada "hedy" en egipcio) se utilizaba comúnmente como"medio de cambio", similar al uso que se le dio posteriormente al kesef en la Biblia de los hebreos.


La introducción de la moneda
En el siglo V aC se fueron introduciendo monedas extrangeras. Al principio, estas piezas importadas de oro y plata eran usadas por los egipcios más como metal para estandarizar pesos que como auténtica moneda. A partir de la mitad del siglo IV aC, según los comerciantes del Mediterráneo utilizaban más y más el metal acuñado como método de cambio, y según los mercenarios griegos, que hasta entonces se conformaban con pagos en tierras, comenzaron a demandar el pago "en especie", una Casa de la Moneda egipcia comenzó a producir monedas similares a los tetradracmas griegos. Bajo el reinado de los Ptolomeos, se acuñaban las monedas con efigies de los gobernantes helénicos.
Mientras que las monedas de oro y plata eran utilizadas solo ocasionalmente, las de uso diario generalmente estaban hechas de bronce, así como en tiempos anteriores los valores de cambio eran calculados en base a un estándar de cobre.

El impacto que la moneda acuñada tuvo en la economía doméstica y el comercio fue probablemente pequeño hasta la época romana, cuando las prácticas de negocios europeas como los pagos de intereses se convirtieron en obligatorios, y el aprovisionamiento de riquezas se volvió posible.

Crédito
El garantizar crédito de una persona a otra era probablemente una práctica bastante extendida. Tal vez una de las partes no tuviera lo que la otra quería en el momento del cambio. Tal vez la cantidad de una sola transacción fuese demasiado pequeña y el número de pagos pendientes fuese decidido por ambas partes, o una parte aplazase la transacción de sus objetos hasta que fuese más conveniente.

A parte de los créditos personales, la gente podía depositar grano en los almacenes del Estado y escribir órdenes de renuncia que servían como pago. Estos bancos de grano, en vez de pagar intereses sobre el depósito, deducían anualmente un 10% del total, que representaba la pérdida de grano por causas naturales. 
Durante el periodo Helenístico este sistema bancario se pasó a usar en todo el país y no sólo localmente. Las cuentas se mantenían en un banco central en Alejandría y los graneros formaban una red de intercambio.

Los intereses de los préstamos podían ser horrendos. Tasas del 100% o más eran habituales, alcanzando durante el Periodo Saita un 10% mensual, lo que era más del 200% anual. Esas tasas ponían a los desfavorecidos al mismo nivel que aquellos pertenecientes a sociedades mucho más brillantes económicamente, el Imperio Romano por ejemplo, donde normalmente se ponía una tasa del 12% y excedía el 15% sólo en caso de emprsas de alto riesgo. En Egipto el incentivo por expandir el comercio a través de créditos baratos era, tal vez no sorprendente en una economía dominante, sino inexistente durante la mayor parte de su historia. 
El aumento de bancos provocó un inicio del uso de moneda en vez del grano perecedero. Las órdenes de pago eran cargadas y retiradas de las cuentas del banco real.

En los bancos también tenían que estar seguros de la identidad de los deudores, así que tenían archivos donde anotaban sus ascendencia, su edad, las características físicas, la profesión y todo lo que podían sobre su vida.
Bajo gobierno romano, Egipto se vio integrado en un imperio, y los usos comerciales cambiaron totalmente para equipararse a las que usaba Roma. Cuando Chairemon, hijo de Akousilaos, y su esposa Thaubastis pidieron un préstamo de 84 dracmas, decidieron que devolverían el dinero en el año siguiente, y que pagarían un interés del 12%. Chairemon, iletrado como su esposa, actuó como el guardián de los actos de ella de acuerdo a la práctica griega.
Los prestamistas de dinero tenían que ser siempre cuidadosos y asegurarse de que no perdían nada de lo prestado. El personaje literario Ankhesheshonq (del siglo I aC aproximadamente) advierte a un futuro prestamista con estas palabras: "No prestes dinero con intereses sin obtener algo seguro." Y: "No seas demasiado confiado o te volverás pobre." 
También se podía obtener crédito entregando tus propiedades. Las casas de empeño existieron en Egipto por lo menos desde el Periodo Romano. Los principales objetos que se solían empeñar eran aparentemente de joyería, aunque también se hacía con muebles, herramientas de metal y utensilios diversos.


Lugares de mercado
Los sitios preferidos para situar los mercados eran los muelles, ya que toda la población egipcia vivía muy cerca del Nilo; además los barcos y los botes eran más baratos y rápidos que otros medios de transporte. Las esposas de los granjeros vendían ropa, grano o aves de corral, y los marineros les pagaban con grano, intercambiando parte de él para obtener un suplemento a su dieta habitual.

Los mercaderes
El comercio a pequeña escala estuvo a menudo en manos de los granjeros o sus esposas. Vendían, sobre todo, grano, fruta, verduras, aves de corral y ganado, pero también productos procesados como el aceite, la cerveza, el vino, el pan o la fibra de lino. Los marineros y los viajeros podían obtener un buen beneficio de sus desplazamientos. Los mercaderes profesionales son mencionados en la obra de A.H. Gardiner "Late Egyptian Miscellanies", pero poco se sabe de sus métodos: "Los mercaderes navegaban río arriba y abajo, [...], llevando mercancías de una ciudad a otra y suministrándoselas a quienes no las tenían".

El comercio exterior estaba sobre todo en manos de los emisarios reales. También es probable que una gran parte de los comerciantes que se dedicaban al comercio interior fuesen agentes de la corona o de los grandes templos.
Durante el segundo milenio antes de nuestra era el contacto con comerciantes extranjeros en suelo egipcio estuvo probablemente en su totalidad en manos del equivalente a los actuales mayoristas, gente que tenía suficientes recursos como para que tanto los extranjeros como ellos hiciesen fortuna. Este trabajo pasó parcialmente a manos de los propios extranjeros, que se asentaron en Egipto, como nos muestra el gran número de pesas extranjeras que se encontraron en sitios arqueológicos de épocas tan tempranas como la Dinastía XII.
De todas formas, la cantidad de mercancías que se podía transportar en los barcos marítimos no era muy grande (los barcos más grandes desplazaban menos de 100 toneladas), con parte del peso ocupado por los embalajes.
En época romana, el estado faraónico, que había controlado la mayor parte de la economía recolectando y redistribuyendo las mercancías necesarias, había dado paso a una administración colonial cuyo mayor propósito era la explotación de Egipto en favor de Roma. Todo el mercado estaba en manos de personas privadas que a menudo se organizaban en gremios, como la asociación de mercaderes de sal de Tebtunis. Ellos asignaban territorios y privilegios especiales como el que un tal Orseus, del que se nos habla en un papiro conservado en Michigan, recibió. A cambio del pago de 66 dracmas obtuvo el monopolio de la venta de yeso para la zona de Tebtunis. También fijaban los precios e imponían multas a quien fuese pillado rebajándolos.
Además, el gremio también tenía, aunque limitadas, ciertas ventajas y ayudas sociales. Se sabe que una vez al mes se reunían para beber una pinta -o a veces hasta casi cuatro litros, la medida conocida como "chous". Es interesante que estos mercaderes griegos egipciados preferían beber cerveza en vez de vino como sus compatriotas griegos.