CASAS PARTICULARES Y JARDINES

Las casas particulares

Desde el 3.800 aC se construyeron casas rectangulares de unos 100-125 metros cuadrados hechas con ladrillos de barro secado al sol. El barro, extraído de las orillas del Nilo, era moldeado con tablillas de madera y luego eran secados al sol haciéndose realmente duros, casi tanto como la piedra. En el clima de Egipto, tan cálido, seco y sin lluvia a penas, las casas de adobe eran los edificios más eficientes a la hora de resguardar del clima y de la propia construcción. Las casas de los ricos y poderosos eran grandes mansiones palaciales, incluso siendo construídas con el mismo tipo de materiales que las viviendas de los campesinos. Normalmente no existían los sótanos. El suelo vírgen en la tierra a nivel del agua tenía la dureza de la roca debido al calor del sol y necesitaba un pequeño nivelado. Para construir sobre las viviendas para añadir pisos a la casa, se solía mojar bien con agua la superficie de arcilla y se dejaba endurecer como los ladrillos.

El ancho de los muros era alrededor de los 40 centímetros para las casas de un piso y de más de un metro para las casas de varios pisos. Se dejaban pasar los rayos del sol para que las paredes se reforzaran. Las paredes de los pisos a ras de suelo a veces se construían con piedra, caliza si se encontraba cerca, granito u otras piedras mejores, en el caso de que algún templo u otros edificios vecinos hubiesen sido abandonados y se pudiesen desmantelar. En las casas normales, las habitaciones de la casa se colocaban alrededor de un patio interior o a los lados de un pasillo. La casa típica tenía forma cuadrada y tres habitaciones principales (aunque las excavaciones nos han mostrado que la casa de un obrero podía tener entre dos y cuatro habitaciones), un área que ejercía las veces de dormitorio, otra para la vida diaria y un patio posterior que podía actuar como cocina. Algunas veces incluso había una zona tipo almacén para el grano con el que se hacía el pan o la cerveza, habiendo también un par de bodegas bajo la casa para almacenar todo lo demás, siendo distintos tipos de cerámica muy utilizada para comer y para el alamcenaje de la comida. La pared que estaba de cara a la calle a menudo tenía una única apertura: la puerta, ya que las ventanas debían dejarse para las paredes del piso superior. Estas ventanas eran pequeñas y estaban cubiertas con contraventanas o con esterillas para mantener fuera de la casa tanto las moscas como el polvo o el calor. Las entradas se construían generalmente de piedra, incluso en las casas más pobres. Las puertas sencillas y las de doble hoja eran de madera y podían ser atrancadas desde el interior. Se han encontrado las primeras llaves de fechas al rededor del 1550 aC, pero no se han encontrado las cerraduras. Los muros interiores de las casas solían contener nichos donde se colocaban estatuas de dioses y diosas protectores, que era lo habitual entre las clases bajas. Una mujer que deseaba quedarse preñada, tener hijos sanos, o ser una buena madre debía tener estatuíllas de varios dioses hogareños protectores como Bes, Bastet o Taweret. El tejado servía como un espacio adicional. Muchas casas tenían escaleras en el exterior o completamente abiertas que llevaban a ese tejado plano que tenía una rejilla de ventilación para que entrasen las brisas frescas, y que servía para el almacenaje de grano u otros bienes. A menudo, durante los meses más calurosos, los egipcios cocinaban, comían y dormían en los tejados, y habitualmente tomaban sus comidas sentados en bancos cubiertos con esterillas de juncos.

Las casas "urbanitas" de la clase baja tenían habitualmente dos o tres pisos de alto. Los bajos eran utilizados para los negocios, mientras que los pisos superiores servían de vivienda a las familias. Mucha gente dormía en el suelo durante el verano para mantenerse fresquita. La cocina se solía situar en el tejado por ese mismo motivo y para evitar problemas con el fuego y el humo. Las mejores casas tenían habitaciones para recibir y otras de uso privado, y algunas incluso tenían baños y servicios. Los asientos de los wateres estaban hechos de piedra caliza, mientras otros usaban taburetes agujereados. Las aguas residuales iban a parar a pozos especiales, al río o a las calles. Los suelos en el interior de las casas estaba hecho de tierra apisonada. Excepto en la zona de baño, donde se colocaba una losa de piedra en una esquina; a veces también se cubría de piedra las paredes que la rodeaban. El agua caía en un barreño que luego era vaciado a mano, o que tenía un agujero en el fondo para que drenara lentamente hacia el suelo.

Se han encontrado cañerías de cobre para el drenaje en un templo del Reino Antiguo, pero nunca en una casa privada. En un templo mortuorio de Abusir se han encontrado salidas de cobre y un tapón de latón. La tecnología se conocía, pero era demasiado cara para la gente común. El agua era extraída de fuentes, tanto públicas como privadas, por lo menos desde el Imperio Nuevo. En Per-Ramses se ha descubierto un buen número de fuentes públicas, la más grande de un diámetro de unos cinco metros, con una escalera en espiral para el acceso al agua; aunque a menos que el agua tuviese un nivel muy bajo, se solía extraer con calderos. El agua extraída del Nilo o de los canales estancados, causaba muchos problemas de salud, siendo frecuentes las diarreas por ese motivo -o enfermedades peores-, pero eran fuentes de agua que nunca se secaban. En las zonas desérticas, el suministro de agua era muy controlado, pues solía estar siempre en niveles muy bajos.

El nombre del propietario y su cargo o profesión, eran colocados con jeroglíficos en la parte superior del dintel para diferenciar las casas unas de otras, ya que no había nombres para las calles como en la actualidad.

Las casas de los acaudalados

Se han encontrado en las tumbas de los nobles modelos a escala que nos muestran casas extravagantes con enormes espacios, situadas en el campo o a las afueras de un pueblo. Solían tener altos techos sostenidos por pilares, y estaban ricamente decoradas con escenas pintadas en brillantes colores. 

Tenían jardines vallados, patios con palmeras, y estanques con flores de loto de agradable aroma y peces exóticos del Nilo. También tenían alojamientos para los sirvientes, graneros, establos y pequeñas capillas para el culto religioso.

Las casas de los ricos estaban provistas a menudo de baños mediocres, que ser habitaciones apartadas con una losa cuadrada de caliza en una esquina. Los sirvientes les echaban agua por encima mientras permanecían de pie sobre la losa, y el agua se vaciaba sobre un barreño a través de un agujero en el suelo, o caía a la tierra en el exterior a través de un canal en la pared.

El dormitorio debía incluir una cama hecha de fina madera traída del Líbano, y adornada con láminas de plata, oro o marfil; y solían estar más elevadas en el cabecero que a los pies. Los colchones se hacían de cuerda trenzada y cubierta con lino o pieles de animales. También utilizaban reposacabezas curvos hechos de piedra, madera o hueso en vez de almohadas. Los sirvientes, como los más pobres, solían dormir en simples esteras de juncos y se cubrían con sábanas de lino.

Los jardines

Que camine cada día a orillas del agua, que mi alma descanse en las ramas de los árboles que planté, que me refresque bajo la sombra del sicomoro. Inscripción de tumba egipcia, hacia el 1400 aC Los jardines eran muy populares en Egipto. Desde los patios cerrados con algunos árboles frutales en su interior hasta los jardines zoológicos y botánicos que exhibían árboles exóticos así como estanques llenos de peces, animales y pájaros enjaulados. En las tumbas estas representaciones de jardines eran muy formales, con los estanques rectangulares y viñas plantadas en líneas rectas. 
Los árboles y los arbustos eran codiciados por sus sombras y por las frutas que daban: palmeras datileras o de otros tipos, sicomoros, granados, nogales y yoyobas. Pero los sauces, las acacias y otros árboles ornamentales también eran apreciados. Se sabe que los egipcios cultivaban unas dieciocho especies diferentes de árboles. También plantaban flores como las margaritas, mandrágoras, rosales, iris, mirtos, jazmines, narcisos, hiedras, henna, laurel, crisantemos amarillos, amapolas y muchas otras, que crecían entre los árboles, así como los papiros y los lotos de los estanques. Así mismo, también cultivaban a menudo vides y viñas.